El agua floral de lavanda se obtiene destilando las flores de lavanda, una planta aromática de la familia de las lamiáceas. La lavanda es originaria de la región mediterránea, especialmente de España, Italia y Grecia. Se utiliza desde la antigüedad por sus propiedades terapéuticas y aromáticas. En la Edad Media, se utilizaba para perfumar los baños y la ropa, y para repeler insectos. Hoy en día, la lavanda se cultiva en muchas partes del mundo, incluida Francia, donde es especialmente popular en la región de los Alpes de Alta Provenza, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos y Australia.
El hidrosol de lavanda contiene ácidos grasos, ésteres, aldehídos, cetonas y fenoles. Los principales componentes responsables del característico aroma de la lavanda son el acetato de linalilo y el linalol. El acetato de linalilo es un éster que confiere al agua de lavanda su fragancia floral y herbácea. El linalool es un alcohol terpénico que también contribuye al aroma de la lavanda, pero además tiene propiedades antisépticas y analgésicas. Además de sus propiedades olfativas, el agua de lavanda también contiene compuestos activos como flavonoides, taninos y ácidos fenólicos, que le confieren propiedades antiinflamatorias, antisépticas y cicatrizantes.
Hay muchas variedades de lavanda que pueden utilizarse para producir agua de lavanda:
La lavanda verdadera o lavanda fina (Lavandula angustifolia) se considera la mejor variedad para producir agua de lavanda. Tiene propiedades terapéuticas y aromáticas.
La lavanda de espiga (Lavandula latifolia) es conocida por su fragancia más intensa, generalmente utilizada en perfumería.
Lavandin super (Lavandula intermedia) es un híbrido entre la lavanda verdadera y la lavanda en espiga. Esta variedad contiene mayores concentraciones de acetato de linalilo y tiene una fragancia más intensa.
El agua floral de lavanda puede utilizarse con diversos fines. Suele emplearse en aromaterapia para ayudar a calmar la mente y mejorar el sueño gracias a sus propiedades calmantes y tranquilizantes. También se utiliza para aliviar dolores de cabeza, musculares y picaduras de insectos.
En cosmetología, el agua de lavanda se utiliza como tónico cutáneo por sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes en pieles irritadas y secas. También puede refrescar y tonificar el cuero cabelludo, lo que puede ayudar a reducir la caída del cabello.
Es bueno saber que las mejores aguas de lavanda se obtienen de flores de lavanda de cultivo ecológico para garantizar su pureza y calidad. Humasana ofrece algunas, por lo que es mejor elegir el agua orgánica certificada.