Los champús y los tratamientos colorantes son productos cosméticos esenciales para el cuidado del cabello teñido. Los champús y los productos de coloración prolongan la duración de los tintes, reavivan la luminosidad del color y neutralizan y corrigen los reflejos y subtonos no deseados.
A la hora de elegir un champú para cabellos teñidos, es fundamental buscar productos especialmente formulados que combinen con el color del cabello. Además del champú, los acondicionadores y las mascarillas capilares son esenciales para mantener el color y la suavidad del cabello. Los acondicionadores ayudan a desenredar el pelo y lo suavizan, mientras que las mascarillas nutren y fortalecen la fibra capilar.
Algunos ingredientes naturales son beneficiosos para el cabello dañado por la coloración:
El aceite de argán es rico en antioxidantes, ácidos grasos esenciales y vitamina E. Nutre el cabello teñido y aporta suavidad y flexibilidad. El aceite de argán es rico en antioxidantes, ácidos grasos esenciales y vitamina E. Nutre el cabello teñido y ayuda a prevenir la decoloración protegiéndolo de los daños ambientales.
El aceite de aguacate es una fuente natural de nutrientes como las vitaminas A, D y E, así como de ácidos grasos. Hidrata en profundidad el cabello teñido, dejándolo suave y brillante.
La queratina es una proteína natural del cabello. Los champús y productos de coloración que contienen proteínas de queratina ayudan a fortalecer la estructura capilar, restauran el brillo y mejoran la resistencia del cabello teñido.
Ciertos extractos de plantas, como la manzanilla, la lavanda o el té verde. Estos extractos pueden ayudar a calmar el cuero cabelludo, mantener el equilibrio del pH y conservar el color del cabello.
Además, elija champús que no contengan sulfatos, siliconas, parabenos ni otras sustancias químicas perjudiciales para la salud capilar. Opta también por productos que contengan filtros UV para proteger tu cabello de la decoloración causada por el sol.
Otro consejo para conservar el color es espaciar los lavados. Cuanto más te laves el pelo, más rápido perderás el color. Intenta lavarte el pelo cada pocos días, utilizando un champú en seco entre lavados para eliminar el exceso de grasa y refrescar el cabello sin decolorarlo.
Por último, evita el uso excesivo de herramientas calientes como planchas y rizadores, ya que el calor también puede alterar el color de tu pelo. Si no tienes más remedio, aplica siempre un spray protector del calor para minimizar los daños.
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