La lavanda es originaria de las regiones montañosas de Eurasia. Se utiliza desde la antigüedad en aromaterapia por sus propiedades terapéuticas y aromáticas. La lavanda se cultiva en muchos países del mundo, pero los principales productores de aceite esencial de lavanda son Francia, Italia, España y Marruecos.
La lavanda francesa, que recuerda a los campos de lavanda de la Provenza, se considera la de mejor calidad para aceite esencial, por su aroma rico y complejo, con notas florales y herbáceas.
Existen diversas variedades de lavanda que pueden utilizarse para producir aceite esencial, cada una con propiedades y aromas ligeramente diferentes para usos distintos:
La lavanda verdadera o lavanda fina (Lavandula angustifolia) se considera la mejor para producir aceite esencial de lavanda de calidad terapéutica. Tiene un aroma floral y herbáceo y se utiliza para aliviar el estrés y la ansiedad, mejorar la calidad del sueño, aliviar el dolor muscular o articular y los dolores de cabeza. Tiene propiedades calmantes, sedantes, analgésicas y antisépticas, especialmente antifúngicas y antiinfecciosas. Es muy popular como vaporizador o para masajes, así como para aplicación tópica en la piel para combatir el acné, la irritación, el picor y las infecciones cutáneas.
La lavanda en espiga (Lavandula latifolia) tiene un aroma más fuerte y alcanforado que la lavanda fina. Es la variedad más utilizada en perfumería. Su fragancia es muy apreciada como repelente de insectos. Además, sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas son ideales para desinfectar heridas y aliviar picaduras de insectos.
La lavandina super (Lavandula intermedia) es un cruce entre la lavanda de espiga y la lavanda fina. Tiene el aroma más alcanforado y potente de la lavanda en espiga y los beneficios calmantes de la lavanda verdadera. Se utiliza en productos domésticos y cosméticos.
El aceite esencial de lavanda es un aceite natural obtenido de la destilación de las flores de la planta. Para aprovechar al máximo las virtudes de la lavanda, lo mejor es elegir un aceite esencial de lavanda bio de la selección Humasana para evitar cualquier rastro de pesticidas o contaminación.
Es importante tener en cuenta que unas pocas gotas son suficientes. El aceite esencial de lavanda debe diluirse en un aceite vegetal antes de su uso o utilizarse en pequeñas cantidades, ya que es muy concentrado. También es aconsejable consultar a un profesional de la salud antes de utilizar aceites esenciales con fines terapéuticos, especialmente si se está embarazada o tomando medicación.